jueves, 20 de septiembre de 2007

Historias para no dormir

"Esta es la bonita historia de un señor que tenía un bar. En dicho bar se podía ver a todo tipo de gente: familias completas, viejetes adictos al chato de vino, señoras con tupé y bebedoras de chinchón, jóvenes bebedores de refrescos light, fumadores empedernidos de Ducados, curas de descanso entre misa y misa... El alcalde del pueblo no había entrado nunca a ese lugar, debido a que sabía que si se encontraba con ciertas personas, éstas no dudarían en decirle cuatro cosas y él no aceptaba crítica alguna sobre su forma de gobernar. Un buen día entró allí un vecino bastante cabreado. Resulta que el ayuntamiento había creado una nueva ley que obligaba a todos los vecinos a pagar una cantidad extra de impuestos para cambiar las señales de tráfico del pueblo. El cabreo de este señor se justificaba en que él no tenía vehículo alguno, por lo que no entendía que tuviera que pagar por algo que no iba a usar. En un momento, este hombre alzó la voz para proferir a los cuatro vientos la siguiente frase: "Este alcalde es un mamón".
El bar se quedó en silencio, y el hombre siguió dedicando "delicadezas" para el mandatario local. Pasaron los días y, como son los pueblos, llegó a los oidos del alcalde que en ese bar se le había insultado y criticado. Ni corto ni perezoso, el excelentísimo acudió a los tribunales para denunciar el hecho, y como no sabía la identidad de la persona que le había mentado y además el bar siempre le había parecido un nido de subversión, decidió denunciar al dueño del bar, quien no podía creerse que esto le sucediera. Para colmo, el juez condenó al dueño a pagar una cuantiosa multa por "intromisiones ilegítimas en el derecho al honor" del alcalde, ya que, aunque él no era quien había hecho el comentario, era el dueño del bar, y era allí donde se había realizado."

Moraleja: esto en la vida real no pasa, es impensable, pero entonces, ¿porqué le puede pasar a "alasbarricadas.org"?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin duda alguna una historia para no dormir. Y lo peor es la moraleja, por culpa de la cual ya muy pocos blogs podrán dormir tranquilos. Esperemos que un día cambien las cosas.

Saludos.

Erkemao dijo...

Bueno, es una forma más de poner coto a internet. La intimidación funciona muy bien a todos los niveles. Con el tiempo se consigue generar la idea de que opinar es malo, incorrecto, blasfemo o ilegal. Con la sociedad predispuesta a acatar este pensamiento, legislar es más fácil, controlar es más sencillo y el marginar se legitima.